“La Velada” vs. “La Velá, Tradición y Gastronomía”

 

Fue el 23 de octubre del 2017 cuando el Consejero de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura firmaba la Orden, publicada en el DOE de 23 del mismo mes y año, por la que “La Velá, Tradición y Gastronomía” era declarada Fiesta de Interés Turístico de Extremadura, en base a la solicitud presentada por el Ayuntamiento de Don Benito el día 30 de junio del 2017.

La concesión de este título honorífico contribuirá muy seguro a difundir los valores de nuestra tierra y nuestra Ciudad, engrandecer la fiesta en honor a nuestra Patrona y que se conozca mucho más, no sólo a nivel regional, sino también a nivel nacional.

Con respecto a la festividad de “La Velada” en sus orígenes frente a “La Velá, Tradición y Gastronomía” hay cambios muy significativos en cuanto a la manera de llevarse a cabo, pero su esencia sigue siendo la misma: el fervor y devoción absoluto de los dombenitenses hacia Nuestra Señora la Virgen de las Cruces.

Quizás, el origen de la tradicional romería tenga sus orígenes a finales del año 1850 cuando, el día 15 de octubre, el Ayuntamiento de Don Benito aprobaba en el seno de su pleno una propuesta de proyecto para solemnizar anualmente y en día determinado el culto de la Virgen de las Cruces, que ya era Patrona de nuestra Ciudad.

Eran muy frecuentes ya las visitas de dombenitenses y ciudadanía de otras poblaciones aledañas al Santuario para que Nuestra Señora interactuase para darles protección, invocándola sus necesidades y aflicciones.

En referida sesión plenaria, el Ayuntamiento acordaba que el día 24 de septiembre de 1851 saliese en procesión la Imagen de Nuestra Señora de las Cruces alrededor de su Santuario, seguida de una Misa Mayor Solemne y pronunciándose un Panegírico sin retribución, es decir, un discurso gratuito en honor a la Virgen de las Cruces (podríamos decir que sería lo antecesor al actual Pregón de La Velá).

Sin embargo, el Cura Ecónomo de la Parroquia de Santiago Apóstol, don Francisco Atanasio Sánchez, propuso que fuese ese mismo año de 1850 cuando se realizase por vez primera. Fue el primer pregonero el presbítero don Juan Antonio Roldán, Vicario que había sido de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de Don Benito.

Así, el 19 de noviembre de 1850 se llevaron a cabo estos actos solemnes, en el día de Santa Isabel, Reina de Hungría, y de Isabel II, Reina de España.

En las inmediaciones del Santuario veíanse multitud de familias al aire libre cantando coplas alusivas a la Virgen, en las cuales sobresalía el entusiasmo y fe que este agradecido vecindario siente por la Patrona de su pueblo”.

Era muy común entre los dombenitenses traer en rogativa a la Virgen de las Cruces hasta la Ciudad, cuyo fin era conseguir su intercesión en el beneficio de la lluvia y evitar la calamidad de la sequía y plaga de langosta que les amenazaba; las cosechas y el ganado estaba falto de agua.

El diario pacense Correo de la Mañana de fecha 7 de diciembre de 1917, nos dice sobre “La Velada” que “la conducción a hombros y entre luces de la sagrada Imagen desde su ermita hasta el pueblo y desde la entrada en la población hasta la Iglesia, tiene tradicional costumbre y ceremonial adecuado”.

En los primeros años del siglo XX y con el fin de tener el honor de llevar algunos de los brazos de las andas de la Virgen de las Cruces, durante una determinada distancia, en su viaje desde la ermita hasta la Ciudad; en ésta se realizaban las pujas, una subasta rápida para poder conseguir dicho honor. Se ofrecía metálico o especies que lo valían, y se repetían las pujas de trayecto en trayecto, con sus correspondientes paradas; esto hacía que la procesión durase más de cuatro horas, haciendo así posible que la Virgen llegase a la población de Don Benito ya de noche, requisito tradicional.

La ciudadanía llevaba las andas de la Virgen hasta justo antes de llegar a la Ciudad, siendo entonces el Ayuntamiento quien tomaba el relevo y se hacía cargo de las andas. Más adelante, y dentro ya de la Ciudad, el clero relevaba al Ayuntamiento en las andas, quienes las llevaban hasta la Iglesia de Santiago, donde era colocada la Sagrada Imagen de la Virgen.

A su entrada en la población, la Imagen de San Francisco Javier, Patrón de Don Benito, la recibía y acompañaba en paso solemne hasta la Iglesia Parroquial de Santiago.  

“No es posible describir el hermoso espectáculo que ha ofrecido el católico vecindario de Don Benito acompañando y vitoreando con entusiasmo, con verdadera fe; imposible querer avanzar por entre aquella nutrida muchedumbre; había que seguir aprisionado y marchar paso a paso y parar muchas veces, oyendo la ensordecedora respuesta dada con toda su alma en aquel flujo y reflujo de carne humana, cuando escuchaba, y era frecuente, al voz pública o pregonero, que por aquí, como en los antiguos tiempos, bandos y anuncios todo se hace a pregón: “¡Viva la Patrona de Don Benito!”, “¡Viva la Santísima Virgen de las Cruces!”, “¡Virgen Santísima!”, respondiendo un inmenso griterío: “¡Agua!”.

La devoción a la Virgen de las Cruces se siente, se encuentra dentro de la ciudadanía de Don Benito y se produce una espléndida manifestación que deja placer en todas sus almas.

“La fecha del 12 [de octubre], que coincidiendo con la fecha del Pilar y con la del día de la Raza, es también la de la festividad de nuestra Patrona, tuvo su anuncio en la  noche de la víspera, en que hubo disparo de cohetes, repique general de campanas, iluminación profusa e intensa, quema de fuegos artificiales, concierto por la Banda Municipal, y otras muestras con que se significan el afecto y el fervor de los de Don Benito a su excelsa Virgen”.

A día de hoy, “La Velá, Tradición y Gastronomía” es una festividad con un amplío programa de actividades no solo religiosas, sino también lúdicas, culturales, deportivas, etc…

La Patrona, que desde 2003 también es Alcaldesa de Honor Perpetua de la Ciudad de Don Benito, sale de su Santa Casa hasta la población, a hombros de miles de hijos e hijas que la portan y traen con cariño, amor y devoción.

Desde 1987, el camino se hace ininterrumpidamente, siendo también recibida en la entrada de Don Benito por miles de ciudadanos, haciéndola el Alcalde entrega del bastón de mando, símbolo que denota la autoridad de su portador o portadora.

Ya no hay pujas, ni sorteos, ni nada que se le parezca; aquellos que la portan lo hacen por devoción a su Madre.

San Francisco Javier ya no recibe a la Patrona, pues su Imagen fue destruida. Hoy la Madre entra en la Ciudad acompañada de sus hijos e hijas, de las autoridades eclesiásticas, políticas y de seguridad, al son de la solemne melodía de la Banda Municipal de Música de Don Benito.

La tradición y gastronomía se entremezclan para el disfrute de todos aquellos y aquellas que quieran, con la colaboración de empresarios de la hostelería dombenitense.

Exitoso fue el año pasado la primera edición del “VeláTour” por diferentes localizaciones de interés de Don Benito, donde se realizaban pequeñas representaciones teatrales con el fin de mostrar a los visitantes como este patrimonio intangible, con el paso del tiempo, sigue vivo generación tras generación.

El amplio programa no sería posible si no fuese por el tándem perfecto entre Ayuntamiento de Don Benito y Hermandad de la Virgen de las Cruces, con Paco Muñoz a la cabeza, gran persona y a quien tengo la suerte de conocer; la unión y combinación de esfuerzos de ambos hace posible todo esto.

Amigos y amigas, que la festividad en honor a Nuestra Señora de las Cruces en este año 2018, “La Velá, Tradición y Gastronomía”, sea todo un éxito, superando al año anterior y a las expectativas previstas.

¡Viva la Virgen de las Cruces!

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