Nace en Mérida el 29 de julio de 1928, con 45 grados a la sombra, recibiendo los nombres de Alberto Carlos. Era uno de los cuatro hijos habidos del matrimonio formado por el profesor mercantil Antonio Oliart Ruiz (Valencia, 1896-Madrid, 1970) y Matilde Saussol Palomo.
Era nieto por parte paterna de Alberto Oliart Irla (Gerona, 1865-1932), propietario de un almacén de tejidos y Presidente del Ateneo de Valencia (1896-1898), y Clotilde Ruiz Hernández, nacida en Don Benito; por parte materna de Juan Bautista Saussol Toresano y Fernanda Palomo Ford.
Su abuela paterna, Clotilde Ruiz, era hija de José Ruiz García (Mengabril, ¿?-Trujillo, 1889), Alcalde de Don Benito en 1884, y Julia Hernández Gálvez (Don Benito, 1837-1926), ésta última hija a su vez de Juan Hernández Montalvo (Garrovillas de Alconétar, 1796-Don Benito, 1888), Alcalde de Don Benito entre 1838 y 1839, y María Gálvez García (Don Benito, 1803-1841).
Don Alberto Oliart Irla. Óleo sobre lienzo de Ricardo Llorens Cifre
Los tatarabuelos de Alberto, Juan Bautista Saussol Vialá y Julia Bastié Galinié, republicanos y jacobinos, de origen francés, llegaron a Extremadura a mediados del siglo XIX, provenientes de Provenza, siendo importadores de lana extremeña. Su llegada coincide con una crisis fuerte en Francia: Napoleón III acababa de subir al poder. Se quedaron en Extremadura y, uno de sus tres hijos, Aubin Saussol Bastié, bisabuelo de Alberto, se casó con una señora de Almendralejo llamada Clementina Toresano Barrantes.
A los seis meses de nacer Alberto, la familia se traslada a Barcelona, donde su padre, un conservador adinerado, era abogado. Alberto es educado en el ambiente de la burguesía ilustrada catalana, veraneando en Figueira da Foz (Portugal) y viajando a Mérida cada mes de septiembre. Al estallar la Guerra Civil en julio de 1936, su padre tuvo que huir de Barcelona ayudado por un diputado socialista, Antonio Fernández Bolaños, que probablemente le salvó la vida. Acabaron trasladándose a Mérida, la capital extremeña, recién tomada por las tropas franquistas, pero su padre también tuvo que salir huyendo de aquí porque el Comandante de la Guardia Civil, Manuel Gómez Cantos, destinado en Extremadura para reprimir bandolerismo y terrorismo, estuvo a punto de arrestarlo convencido de que era un espía catalán. El Jefe de Falange y un tío de Alberto, montaron a su padre y familia en un tren y le dijeron que no apareciera por Mérida, porque Gómez Cantos lo mataba. La familia Oliart Saussol consiguió escapar nuevamente y marchar a Burgos, la capital de la España sublevada. Luego vivieron durante un año en La Coruña, antes de regresar a Barcelona. En esta ciudad cursó el Bachillerato y posteriormente se licenció en Derecho por la Universidad de Barcelona con Premio Extraordinario Fin de Carrera en 1950, tres años después ingresó por oposición en el Cuerpo de Abogados del Estado, oponiéndose a jurar los principios nacionales del Movimiento.
La familia pasaba todos los veranos en Don Benito, residiendo la calle del Olivillo.
En Barcelona, por sus inquietudes políticas y literarias, estuvo en contacto con círculos liberales, críticos con el régimen franquista y amantes de la escritura. Enamorado de la poesía, en su época de estudiante entró en contacto con los llamados Novísimos o Generación del 50, y mantuvo una estrecha amistad con poetas como Carlos Barral, Alfonso Costafreda, José María Castellet, García Hortelano, José Agustín Goytisolo, Josep Maria Castellet, Antonio de Senillosa y Jaime Gil de Biedma.
Su padre no podía alimentar a la familia con el dinero que ganaba como abogado en Barcelona. Su madre tenía que viajar hasta el Pirineo para conseguir un pedazo de carne, decidiendo la familia regresar a Mérida para poder comer. Es entonces cuando comienza la gran afición de Alberto al campo. Su abuelo le enseñó a montar a caballo y, a los 18 años, sus padres le dieron plenos poderes, se emanciparon para que él llevara las fincas por ellos. Iba continuamente a Mérida en tren y, cuando sacó las oposiciones de Abogado del Estado, pidió Ciudad Real, pudiendo haberse ido a Málaga o San Sebastián para estar a medio camino de Extremadura, donde quedaba su campo, y de Madrid, donde vivía su novia, la que después fue su mujer.
Un joven Alberto Oliart
Comenzó su carrera profesional en la Delegación de Hacienda en Ciudad Real. En 1958 comenzó a trabajar en la Dirección General de lo Contencioso como Abogado del Estado, siendo nombrado en 1963 Jefe del Gabinete Técnico de la Subsecretaría de Hacienda. En 1965 abandona la Administración General del Estado, pero no el servicio público, siendo nombrado Director Administrativo y Financiero de RENFE, de la que pasaría a ser Secretario General en 1967. En 1968 retomó sus funciones como Abogado del Estado, esta vez en el Tribunal Supremo de España.
En 1973 deja la Administración y se incorpora al sector privado, siendo nombrado Consejero Director General del Banco Hispano Americano y Consejero del Banco Urquijo. En esta etapa profesional fue también Consejero de las empresas Explosivos Río Tinto, Río Tinto Minera, Cros, Barral Editores, Siemens España, Metro de Madrid y Tabacos de Filipinas.
Ministro de Industria y de Sanidad con Suárez
Su andadura política comienza en 1977, año en el que fue nombrado Ministro de Industria y Energía por el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez (UCD), cargo en el que permaneció hasta febrero de 1978. Su afiliación a la UCD tuvo lugar en diciembre de 1978. En 1979 participó en la elaboración del Estatuto de Guernica para el País Vasco, siendo elegido en las elecciones de 1979 Diputado por Badajoz al Congreso, en las Listas presentadas por la Unión de Centro Democrático. En septiembre de 1980 fue nombrado Ministro de Sanidad y Seguridad Social, cargo que ocupó hasta febrero de 1981. Tras el fallido Golpe de Estado del 23-F, fue nombrado Ministro de Defensa con el primer gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo, el primer Ministro de Defensa español que no era militar, cargo en el que continuó hasta la formación del primer gobierno de Felipe González en octubre de 1982. Como responsable de Defensa firmó la entrada de España en la OTAN y durante su mandato se celebró el juicio a los militares que habían intentado un Golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.
El Rey habla con Alberto Oliart, entonces Ministro de Defensa, y Leopoldo Calvo Sotelo, Presidente del Gobierno
Suyo fue el mérito de embridar a parte de una cúpula militar que no ocultaba su falta de sintonía con la recién estrenada democracia española, hasta el punto de que, en diciembre de 1981, un nutrido grupo de mandos en activo publicó el llamado “Manifiesto de los 100”, expresando sus simpatías por los golpistas que iban a ser juzgados semanas después por el Consejo Supremo de Justicia Militar.
Buena parte del acierto de Alberto Oliart en su lucha contra los recalcitrantes en el Ejército fue el nombramiento, el 22 de mayo de 1981, solo tres meses después del golpe, del Teniente Coronel Emilio Alonso Manglano al frente de los servicios secretos, entonces CESID (Centro Superior de Información de la Defensa), hoy CNI. Manglano, en solo unos meses, consiguió convertir el espionaje franquista en un moderno servicio de inteligencia de corte democrático.
Alberto Oliart (a la izquierda), cuando era Ministro de Defensa en 1981, junto al Teniente General Quintana Lacaci, durante la celebración del día de la patrona de Infantería. Fotografía de Chema Conesa
En la Cámara Baja formó parte de la Diputación Permanente, presidió la Comisión de Defensa y fue miembro de las Comisiones Constitucional y de la de Economía y Presupuestos.
Oliart en el Congreso de los Diputados
Siendo Ministro de Defensa, el 16 de abril de 1982 inauguró en Cáceres, junto al entonces Presidente de la Diputación Provincial, Jaime Velázquez, el Museo Provincial de Arte Contemporáneo, en la recién restaurada Casa de los Caballos, con una exposición de Genovés y Lucio Muñoz y otra de carteles del Mundial de Fútbol, considerando “un orgullo ver la vieja ciudad de Cáceres renovarse en el interés por la cultura moderna”.
Alberto Oliart en marzo de 1981. Fotografía de Marisa Flórez
Fue invitado, a principios de los años 80, por la primera promoción de DUE de la Escuela de ATS del Hospital de Don Benito, viniendo él y su esposa a Don Benito.
Alberto Oliart, Ministro de Defensa, visita a los enfermos de la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social “Juan Sánchez-Cortés” en los años 80. Fotografía de Diego Sánchez Cordero
Visita de Oliart (izquierda) a la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social “Juan Sánchez-Cortés” de Don Benito-Villanueva de la Serena en los años 80. En la foto junto al Dr. Sasieta. Fotografía de Diego Sánchez Cordero
Mitin-Presentación de Convergencia para Extremadura en Don Benito, en la primera mitad de los años 80. En el centro de la foto, Alberto Oliart. Acto celebrado en la antigua Escuela de Maestría Industrial de Don Benito
Tras el fracaso electoral de la UCD en octubre de 1982, que provocó la extinción de la propia UCD, y el triunfo del PSOE, dejó de la política activa, dejando como legado unas Fuerzas Armadas en las que los involucionistas habían quedado prácticamente relegados. Volvió entocnes al ejercicio de la abogacía en Madrid, compaginando esta actividad con la cría de ganado merino en la finca “Los Rafaeles”, en la carretera que lleva a La Nava de Saniago desde Aljucén (Badajoz), procedente de una herencia de su familia materna, los Saussol, donde se dedicó a salvar razas autóctonas en peligro. En su dehesa pastaban corderos merinos puros, cerdos ibéricos y vacas de raza blanca cacereña. En su calidad de ganadero presidió la Asociación de Criadores de Cerdo Ibérico y la Asociación de Productores de Ovino Autóctono.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Alberto Oliart en la recepción a la Asociación de criadores de la vaca blanca cacereña, en Mérida
Mantuvo además su compromiso con la tierra extremeña, a la que siempre estuvo muy vinculado. En 1988 fue nombrado Presidente del Consejo Social de la Universidad de Extremadura y en 1992 Comisario de la Feria Agroganadera de Zafra.
Alberto Oliart y Príncipe Felipe en la Feria de Zafra
El Presidente del Gobierno de España, Felipe González, le sondeó en varias ocasiones para incorporarse al Gobierno socialista y, a comienzos de los años 90, rechazó el ofrecimiento para ser Defensor del Pueblo.
Entre 1995 y 2004, estuvo asociado al abogado madrileño José Manuel Romero Moreno.
Aficionado a la escritura, en 1997 obtuvo el X Premio Comillas de Biografía, Autobiografía y Memorias por “Contra el olvido”, un libro autobiográfico en el que rememora hechos que marcaron su vida desde la infancia hasta la edad adulta. Su madre le enseñó a recitar a Antonio Machado. Algunos de sus poemas están recogidos en “A mi madre” y “Antología cronológica desde 1946”. También llegó a escribir una novela que envió al premio Nadal, pero no lo consiguió. En 2019, la Editorial Tusquets publica su libro titulado “Los años que todo lo cambiaron. Memoria política de la Transición”, donde recorre unos años decisivos en la historia reciente de España. Su prosa también sirve para mostrar su talante liberal. Bebió de las fuentes de José Castillejo, personaje clave de la Institución Libre de Enseñanza y exiliado en Londres tras la Guerra Civil. De él asume la necesidad de la búsqueda de acuerdos para sostener una democracia y, sobre todo, para evitar tentaciones caudillistas. Ha sido tertuliano en la Cadena Ser y ha publicado muchos artículos de opinión en varios periódicos y revistas diversas.
En 2008 fue miembro del grupo de expertos que redactó una propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Extremadura.
Oliart en una comparecencia
Alberto Oliart, a pesar de ser cortejado durante años por diversos partidos políticos, solo aceptó volver a la primera línea en 2009, cuando dijo sí a la propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero de presidir RTVE. El 11 de noviembre de 2009 se produjo un acuerdo entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Partido Popular (PP) para que sucediera a Luis Fernández como Presidente de la Corporación de RTVE, hecho que se produjo el 24 de noviembre. Aunque estaba vinculado al grupo Prisa, con el que colaboró varios años como analista político, Oliart carecía de experiencia en la gestión de medios de comunicación. Durante su mandato, TVE dejó de emitir publicidad, eliminó las corridas de toros de la parrilla por coincidir con horario infantil y considerarlas actos de violencia animal, y sus telediarios y programas informativos fueron líderes de audiencia tanto en 2009 como en 2010, pese a las críticas de manipulación de los informativos por parte del PP. Además, tuvo que hacer frente a varias huelgas y a la protesta por la externalización de algunos programas. Ocupó el cargo hasta 2011, presentando su dimisión el 6 de julio de ese año por razones personales y de salud, tras conocerse que RTVE había adjudicado un contrato a la empresa Telefonica Broadcast Services (TBS), de la que su hijo Pablo era Administrador único. Desde entonces, Alberto Oliart vivió totalmente apartado de los focos.
A lo largo de su trayectoria ha sido distinguido con la Gran Cruz de la Orden de Carlos III (1978), la Gran Cruz de Isabel la Católica (1982), la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco (1986), la Medalla de Extremadura (1998), Extremeño de HOY (1991), la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco (1999) y el Premio Extraordinario del Ministerio de Defensa (2008) “por su contribución al desarrollo de la política de defensa y por su papel en el proceso de incorporación de España a las organizaciones internacionales”.
Alberto Oliart en una fotografía del Diario Vasco
Contrajo matrimonio en 1954 con Carmen Delgado de Torres Flores, con quien tuvo seis hijos: Alberto, que fue Secretario General de la Asociación del Merino hasta su muerte en 1982 en un accidente cerca de Jaraicejo; Antonio, que falleció en 1985 de camino hacia la finca “Los Rafaeles”; Isabel, que mantuvo una relación sentimental con el cantautor Joaquín Sabina, con quien tuvo dos hijas: Carmela Juliana y Rocío Martínez Oliart; Pablo, Carmen (escritora) y Soledad (médico).
Oliart en una fotografía de José Ramón Ladra
Alberto Oliart Saussol fue, sin duda, una de las figuras claves para acabar de apagar los últimos rescoldos del golpismo en las Fuerzas Armadas, que amenazaban la estabilidad de la joven democracia española.
Fiel servidor del Estado, generoso e integrador, Alberto falleció en Madrid el 13 de febrero de 2021, a los 92 años de edad, unos días después de ingresar en el hospital afectado por la COVID-19. Su nombre quedará para siempre esculpido como epítome del diálogo.
FUENTES:
-COSGAYA GARCÍA, Jaime y LAFUENTE CANO, Jorge: Alberto Oliart Saussol, Fundación Transición Española.
OLIART SAUSSOL, Alberto (1998): Contra el olvido, Tusquets Editores.
-https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/fui-politico-circunstancias-no-he-sentido-menor-tentacion-volver_29282.html
-https://web.archive.org/web/20171114052304/http:/extremenosilustres.wikispaces.com/Alberto+Oliart
-http://felixpineroradiointerior.blogspot.com/2019/07/alberto-oliart-saussol-jurista-y.html
-https://www.hoy.es/extremadura/muere-exministro-extremeno-20210213104649-nt.html
-https://www.elmundo.es/espana/2021/02/13/6027968121efa0a4508b45ac.html